
Una arquitectura sutil
Akasha (del sánscrito: éter, cielo o epacio), es considerado el quinto elemento en la filosofía védica, del cual emanan los otros cuatro: tierra, agua, aire y fuego. También es llamado “la Conciencia Divina desplegada en el universo”. Es la matriz que da origen a todo. Los vinos Akasha, desde su nombre, nos recuerdan que lo sutil y lo esencial se encuentran más allá de nuestros sentidos físicos, utilizándolos, al mismo tiempo, para traernos la tierra, la lluvia, la brisa y el sol transmutados en las uvas. El vino se convierte, así, en el medio por el cual, como en una meditación, el espíritu primordial que todo lo sostiene, Akasha, se hace manifiesto.

Vinos con alma mediterránea
Las cepas emblemáticas del Mediterráneo francés, español e italiano encuentran en Akasha una nueva expresión, dando origen a vinos de personalidad vibrante y frescura notable. Cultivadas bajo el imponente sol andino y en diálogo con los generosos suelos mendocinos, estas variedades, muy poco exploradas en la vitivinicultura argentina, se transforman en creaciones únicas que combinan frescura y madurez con una complejidad rica, versátil y elegante, ideales para acompañar una amplia diversidad gastronómica.
Entre estas variedades destacan Carignan, Grenache, Marselan (cruce de Grenache y Cabernet Sauvignon), Tempranillo, Nebbiolo y Sangiovese, armoniosamente integradas con las más tradicionales de Argentina como Malbec, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Chardonnay. El resultado son vinos equilibrados, vibrantes y llenos de vida, que complementan los sabores de los platos más diversos, respetando su esencia y dejando una huella inolvidable en el paladar.
Dos trayectorias,
una visión compartida
Fran Evangelista y Pedro Aznar comenzaron su colaboración hace más de doce años en tierras mendocinas. Pedro, además de su destacada carrera como músico, es sommelier profesional graduado en CAVE en 2014, mientras que Fran, ingeniero agrónomo de profesión, ha dedicado su vida a la creación de vinos y es fundador de CrowdFarming.Wine.
En 2024, esta sinergia dio lugar a un proyecto que refleja su pasión compartida por explorar las cepas mediterráneas bajo el sol mendocino. Con esas variedades combinadas con las más emblemáticas de Argentina, Akasha representa la unión entre tradición, nuevas perspectivas y la búsqueda constante de excelencia e innovación en la vitivinicultura.